miércoles, 22 de febrero de 2012
viernes, 17 de febrero de 2012
domingo, 12 de febrero de 2012
Aprender a dar y recibir críticas
“La única manera de evitar ser criticado es no haciendo nada, no diciendo nada, no siendo nada”.- Elbert Hubbard
El feedback crítico es una parte indispensable en nuestras vidas. Si llegamos a comprenderlo y a sacarle provecho, podemos aprender mucho de nosotras y de nuestras interacciones con los demás. Una de las razones por la que nos cuesta tanto aceptar la crítica es que una buena parte de la imagen que tenemos de nosotras mismas se basa en cómo nos ven los demás. Cuando alguien nos crítica, sentimos que nuestra imagen se desmorona y para evitarlo reaccionamos defensivamente.
A todo el mundo nos gusta escuchar lo que encaja bien en nuestra forma de pensar y de actuar y nos resistimos a las ideas y acciones contrarias a nuestra forma de ser. Si queremos aprender y crecer como personas, debemos partir de que podemos estar equivocados y que las críticas de otros son un regalo para nuestro desarrollo personal.
La Importancia de la respiración
La respiración es un acto incorporado en lo más profundo de nuestra memoria celular, es intuitivo y por lo tanto, está conectado intrínsecamente con la supervivencia.
Toda vida es posible gracias a la capacidad de respirar; nada que exista sobre el planeta; tanto las espécimen superiores como las inferiores, incluyendo a las plantas, amenas, células, etc., todo respira para sostener la vida.
Desde y entre el primer movimiento de inhalación al nacer, hasta el último suspiro de la exhalación de la muerte, ocurren una infinita sucesiones de respiraciones que mantienen el organismo, para llevar a cabo las funciones que correspondan a la vida de cada cual.
La Resonancia de las Formas
La revolucionaria teoría de Rupert Sheldrake sobre la evolución de la vida.
EL Gran Relojero
Hemos heredado de las generaciones anteriores dos visiones completamente distintas de la naturaleza. Durante las horas de trabajo, la mayoría de nosotros vivimos en un mundo en el que se da por supuesto que la naturaleza es mecánica e inanimada, compuesta de materia y fuerzas ciegas; básicamente, un almacén de recursos naturales listos para ser utilizados en provecho del hombre. Pero en los fines de semana y las vacaciones giramos a otra actitud. Los viernes por la tarde, las carreteras que salen de las grandes ciudades se colman de automóviles con millones de personas que intentan regresar a la naturaleza. Esta vuelta a la naturaleza nos proporciona una actitud diferente, una actitud que podemos llamar subjetiva, personal, mística, religiosa o poética, pero que sin duda no forma parte de la visión del mundo objetiva, racional y científica que domina en las horas de trabajo. Simplemente, cambiamos de canal entre estas dos actitudes, ganando dinero durante la semana para gastarlo en una casa en el campo en la que disfrutar de la naturaleza salvaje durante el tiempo libre o cuando nos retiremos.
Las regularidades de la naturaleza se parecen más a hábitos que a leyes inmutables. Cada animal o planta está en contacto con la memoria colectiva de su especie, que resuena en él y lo configura. Esta memoria resume las formas y comportamientos de todos los individuos pasados y presentes de su especie. El código genético sólo explica el aspecto más tosco de la herencia.
¿Cómo se reproduce la forma de un organismo de generación en generación? ¿Cómo adquieren los animales sus instintos? ¿Cómo se forma la vida? A todas estas preguntas da respuesta la teoría de Rupert Sheldrake sobre la resonancia mórfica: cada organismo sintoniza con las ondas de la «memoria colectiva» de su especie. Por sorprendente que parezca esta idea, tiene un gran número de argumentos a su favor y resuelve muchos enigmas.
Rupert Sheldrake. Traducción: Jordi Pigem
Rupert Sheldrake. Traducción: Jordi Pigem
EL Gran Relojero
Hemos heredado de las generaciones anteriores dos visiones completamente distintas de la naturaleza. Durante las horas de trabajo, la mayoría de nosotros vivimos en un mundo en el que se da por supuesto que la naturaleza es mecánica e inanimada, compuesta de materia y fuerzas ciegas; básicamente, un almacén de recursos naturales listos para ser utilizados en provecho del hombre. Pero en los fines de semana y las vacaciones giramos a otra actitud. Los viernes por la tarde, las carreteras que salen de las grandes ciudades se colman de automóviles con millones de personas que intentan regresar a la naturaleza. Esta vuelta a la naturaleza nos proporciona una actitud diferente, una actitud que podemos llamar subjetiva, personal, mística, religiosa o poética, pero que sin duda no forma parte de la visión del mundo objetiva, racional y científica que domina en las horas de trabajo. Simplemente, cambiamos de canal entre estas dos actitudes, ganando dinero durante la semana para gastarlo en una casa en el campo en la que disfrutar de la naturaleza salvaje durante el tiempo libre o cuando nos retiremos.
Las regularidades de la naturaleza se parecen más a hábitos que a leyes inmutables. Cada animal o planta está en contacto con la memoria colectiva de su especie, que resuena en él y lo configura. Esta memoria resume las formas y comportamientos de todos los individuos pasados y presentes de su especie. El código genético sólo explica el aspecto más tosco de la herencia.
Publicado por la Revista Integral
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