domingo, 12 de febrero de 2012

La Resonancia de las Formas

La revolucionaria teoría de Rupert Sheldrake sobre la evolución de la vida.

¿Cómo se reproduce la forma de un organismo de generación en generación? ¿Cómo adquieren los animales sus instintos? ¿Cómo se forma la vida? A todas estas preguntas da respuesta la teoría de Rupert Sheldrake sobre la resonancia mórfica: cada organismo sintoniza con las ondas de la «memoria colectiva» de su especie. Por sorprendente que parezca esta idea, tiene un gran número de argumentos a su favor y resuelve muchos enigmas.
Rupert Sheldrake. Traducción: Jordi Pigem
 
EL Gran Relojero 

Hemos heredado de las generaciones anteriores dos visiones completamente distintas de la naturaleza. Durante las horas de trabajo, la mayoría de nosotros vivimos en un mundo en el que se da por supuesto que la naturaleza es mecánica e inanimada, compuesta de materia y fuerzas ciegas; básicamente, un almacén de recursos naturales listos para ser utilizados en provecho del hombre. Pero en los fines de semana y las vacaciones giramos a otra actitud. Los viernes por la tarde, las carreteras que salen de las grandes ciudades se colman de automóviles con millones de personas que intentan regresar a la naturaleza. Esta vuelta a la naturaleza nos proporciona una actitud diferente, una actitud que podemos llamar subjetiva, personal, mística, religiosa o poética, pero que sin duda no forma parte de la visión del mundo objetiva, racional y científica que domina en las horas de trabajo. Simplemente, cambiamos de canal entre estas dos actitudes, ganando dinero durante la semana para gastarlo en una casa en el campo en la que disfrutar de la naturaleza salvaje durante el tiempo libre o cuando nos retiremos.
Las regularidades de la naturaleza se parecen más a hábitos que a leyes inmutables. Cada animal o planta está en contacto con la memoria colectiva de su especie, que resuena en él y lo configura. Esta memoria resume las formas y comportamientos de todos los individuos pasados y presentes de su especie. El código genético sólo explica el aspecto más tosco de la herencia.
Publicado por la Revista Integral

1 comentario: